Dentro
de nuestros “imposibles”, siempre estaba en mente el Monte Perdido, ya que
según toda la información recogida a través de Internet, libros …, la ascensión
en verano es relativamente asequible, salvo por su dureza, ya que la queremos
realizar en una única jornada, si bien la idea es partir desde Nerín y
aprovechar el servicio de un Autobús que nos acortará en gran medida la
ascensión.
Cara Norte con el glaciar, desde ibón Marbore 2005.
Al igual que en numerosas
publicaciones que así lo indican, yo también estoy de acuerdo, en que quizá el
Monte Perdido sea la montaña más
codiciada dentro de las tres más altas del Pririneo, por toda su leyenda y sobre todo su enclave en el Parque Natural de Ordesa,
con un entorno privilegiado que por sí sólo ya es tremendamente atractivo.
El Monte Perdido con sus 3355m es la tercera montaña más
alta de toda la cordillera, y el macizo calcáreo más alto de Europa, su nombre
viene del francés Mont Perdu, y es que desde el lado francés es prácticamente
invisible, sin embargo desde el lado aragonés se puede divisar prácticamente
desde cualquier lugar, así cualquier día despejado se puede divisar sin
problemas desde muchos puntos de Zaragoza.
Ultimando los preparativos para comenzar la marcha.
La primera ascensión documentada data
de 1802 por Ramond de Carbonieres, en
principio se pensó que era la cima más alta de la cordillera.
También
es tristemente conocido por ser la montaña que más accidentes mortales se ha
cobrado, y es que en invierno, con la presencia de nieve y hielo, la famosa
escupidera de aspecto bonachón en verano cambia y actúa como un gran tobogán
que te lanza al abismo, en caso de caída.
Las
vistas y el paisaje comenzando desde la marcha de aproximación hasta el refugio
de Goriz, bien sea por el valle de Ordesa, o como desde lo alto como nosotros
la realizamos, son espectaculares, al igual que el resto del trayecto hasta la
cima. Y desde la cima increíble,
podemos observar como si se tratase de unas arterias socavadas en la tierra,
los valles de Ordesa, Pineta, Cañón de Añisclo, así como el valle francés de
Estaube, la Brecha de Tucarroya, paso natural entre
Francia y Aragón donde se encuentra ubicado el refugio de Tucarroya, el cual es
el más antiguo de todo el Pirineo, y el situado a mayor altitud (2666m),
al igual que el ibón de Marboré y a lo lejos el Lago de Estaube.
Y
como no, una panorámica de grandes cimas
a nuestro alrededor, destacando en proximidad el Cilindro, Taillón, Astazus, y algo más alejado el Vignemale.
Comienza a sobrar la ropa.
También tendremos ocasión de divisar,
aunque no sea desde su mejor ángulo, lo cual no nos hace darnos una impresión
real de sus dimensiones del glaciar que cuelga en su cara Norte, y que como el
resto de los glaciares del Pirineo se encuentra en un gran retroceso que lleva
abocado a su desaparición. Paco y yo
tuvimos ocasión de contemplarlo desde el refugio de Tucarroya e impresiona, me puedo imaginar aquellos
primeros franceses que lo contemplarán la primera vez asomando sus cabezas por
la brecha y viesen semejante estampa, la cual todavía sería mucho más
espectacular ya que las dimensiones del glaciar serían mucho mayores, me figuro
que quedarían alucinados, ya que dicho enclave es considerado como uno de los
más bellos del Pirineo.
Vista de Monte Perdido desde la Brecha de Tucarroya 2005.
Primeros rayos de sol, sobre El Cilindro, Monte Perdido y Añisclo.
Con muchas ganas que llegase el día, por fin llego, el viernes a las
18,00 h partimos finalmente Paco,Gustavo y yo mismo, desde Zaragoza. Durante toda la
semana estuvimos al tanto del tiempo y parece que vamos a tener suerte, sobre
las 20,30, llegamos a Nerín y nos dirigimos al albergue Añisclo, tras dejar las
cosas en la habitación, rápidamente a cenar.
Compartimos mesa con una pareja de Madrid que también se aloja en
nuestra habitación, ellos van a hacer una ruta por el Cañón de Añisclo, ya
habían subido al Perdido en otra ocasión y nos comentaron su experiencia así
como algún que otro consejo. La cena muy
bien, en las paredes del comedor cuelgan numerosas fotos, pero una nos llama la
atención y es la foto del Monte Perdido con la famosa escupidera en este caso
nevada, y su pronunciada pendiente. Tras
cenar sobre las 11 nos marchamos a la habitación ya que al día siguiente toca
madrugar.
A las 6 toca el
despertador, tras desayunar y preparar la mochila nos dirigimos hacía el
autobús que nos aproximará hasta las inmediaciones de Cuello Gordo (2185m), sobre el
Cañón de Ordesa, la mañana esta fresca, son las 8 y comenzamos a caminar y pronto veremos
desde lo alto el valle de Ordesa al fondo la famosa cascada de la cola de
caballo, y sobre ella las Tres Sorores (Cilindro, Perdido y Añisclo), sobre las
9,30 llegamos al refugio de Goríz, donde hacemos una pequeña parada, sin demora
continuamos el camino ya que nos interesa llegar pronto a la cima ya que nos
han comentado que a partir del mediodía suelen aparecer nubes y nos privarían
de las vistas en la cima.
Refugio de Goriz, un día inmejorable.
El comienzo desde Goríz es bastante exigente y se va ganando altura
bastante rápido, durante todo el trayecto iremos acompañados de bastante gente
con el mismo destino, será necesario salvar un par de resaltes antes de llegar
al ibón helado, tras salvar el primero nos encontraremos con la llamada ciudad
de piedra, la cual como se puede deducir esta formada por grandes bloques pero
gracias al consejo de nuestro vecino de habitación la bordeamos por la
izquierda y la evitamos en gran medida, a la vez que seguimos a un montañero
que hablamos anteriormente con él y ya había subido en otras ocasiones. Finalmente salvaremos un último resalte este
equipado con una cadena ya que la piedra en caso de estar mojada resbala una
barbaridad.
A partir de Goriz, la pendiente se agudiza.
Primer resalte a salvar.
La denominada ciudad de piedra, ya queda poco para el lago helado.
Segundo resalte, acondicionado con una cadena.
A las 11,30 llegamos al
ibón helado, el cual es el ibón más alto del todo el pirineo con 2980m de
altitud y sus aguas alimentan la cascada de Gavarnie. Ya vemos frente a nosotros la subida que nos
espera para llegar al cima, la verdad que impresiona bastante, tras reponer
fuerzas a la orilla del ibón y teniendo detrás nuestro una imponente vista del
cilindro decidimos no perder más tiempo y hacía arriba.
Gustavo contemplando la subida, impresiona.
Inicialmente se camina por una
amplia espolón que en ocasiones hay que hacer alguna pequeña trepada, hasta
llegar al tramo final denominado
escupidera, la inclinación es considerable pero salvable. Poco a poco iremos ganando altura sobre una
senda compuesta de piedra suelta pero no es tan incomoda como pensábamos a
diferencia por ejemplo del tramo final del Garmo Negro que habíamos estado
recientemente.
Así
alcanzamos el collado, ya nos queda poco, los que bajan así nos lo aseguran y
nos dan ánimos, giramos hacía la derecha y ya sólo queda salvar una rampa final
ya no tan exigente.
Caras de felicidad en la cima.
Y por fin CIMA
(12,45h). Yo casi no me lo creo por todas las dudas que tenía antes de
comenzar, pero ahí estamos. No podemos
ninguno disimular nuestra cara de gran satisfacción y empezamos a alucinar
sobre todo lo que vemos a nuestro alrededor, el tiempo se ha portado y tenemos
el cielo totalmente despejado, lo que nos permite ver un horizonte plagado de
montañas, no paramos de hacer fotos, así
tenemos a “nuestros pies” el Cañon de Añisclo, el Valle de Ordesa, el Valle de
Pineta así como el Cilindro, Taillón, Vignemale, por otro lado Astazus, el ibón de Marbore, la Brecha de Tucarroya que nos
traen grandes recuerdos … Tras realizar las fotos y saborear la cima decidimos
descender ya que hay rachas de viento y hace frío.
Cañon de Añisclo y Valle de Ordesa desde la cima.
Vista del glacicar, con el Cilindro, Astazous, Ibón de Marboré, Brecha de Tucarroya.
El descenso no es tan malo como pensábamos y ahora ya sin prisas
realizamos numerosas fotos, así nos detendremos en el collado donde divisaremos
el glaciar, así como Marbore, poco a poco iremos descendiendo hasta llegar de
nuevo al ibón helado donde haremos una infinidad de fotos y proseguiremos la
marcha, nos detendremos en las inmediaciones de la ciudad de Piedra donde
comeremos, tras reponer fuerzas en marcha, así llegaremos a Goríz sobre las
16,30 como vamos sobrados de tiempo nos tomaremos una cervezas reponiendo
fuerzas y saboreando lo que esta siendo una jornada inolvidable.
Por ahí hemos subido...
Espectacular imagen del Cilindro a mitad del descenso.
Vista del cilindro desde el Ibón.
Ibón Helado, en sus orillas nos relajaremos un buen rato.
A las 17,15 nos
pondremos de nuevo en marcha, ya que el autobús nos recoge a las 20.00, y
queremos hacer alguna que otra parada para hacer fotos.
No es todo sufrimiento, Paco y sus "nuevas" botas.
El valle de Ordesa a la vuelta.
Aquí a vista de pájaro.
Una mirada hacía atrás, Taillón, Bacillac, Brecha Rolando, Casco, Marboré, Las Tres Sorores...
Comentar que la estancia en el albergue de Añisclo fue muy grata con un
trato muy familiar, la comida muy bien, Manolo el dueño daba consejos a todo el
mundo, se le veía que también erá un apasionado por la Montaña y concocía la zona
palmo a palmo, nos contó que la
descubrio tarde en cuanto a realizar ascensiones aún así ya había ascendido a
más de ochenta tres miles. Como colofón
el día de marchar almorzamos para todavía llevarnos otro recuerdo. Seguro que pronto le haremos
otra visita...
Albergue Añisclo.
Como resumen, comentar que es espectacular , todo su recorrido es de una gran belleza, totalmente recomendable. En la fecha que fuimos nosotros (verano) no hay ninguna dificultad técnica, si tendremos que estar en buena forma física, ya que es bastante larga y el desnivel ronda los 1200m, la ascensión nos costo sobre 5 h, incluido parada para almorzar, el descenso no lo tomamos más relajados, efectuando numerosas paradas, ya que el autobús no nos recogia hasta las 20,00h.
Hasta la próxima, nos vemos en el Pirineo...