Los Ibones de Anayet se pueden hacer desde las pistas de Formigal, o bien desde Canfranc por el Valle de Canal Roya.
No madrugamos mucho y sobre las diez de la mañana aparcamos el coche en la entrada del acceso a las pistas Anayet de Formigal (1625m.), por lo que tendremos que caminar como unos 20 minutos por la carretera que llega a pie de pista, lugar donde comienza la excursión. Si las pistas están abiertas este paseo te lo evitas.
El día es perfecto despejado con alguna nube, lo que hace que no haga calor, ideal para caminar. Una vez en la estación nos dirigiremos hacía la derecha y tomaremos un sendero que discurrirá al lado de un arroyo, en pocos minutos deberemos cruzar dicho arroyo para adentrarnos en el barranco de Culivillas, a partir de aquí el camino no tiene perdida y deberemos remontar dicho barranco hasta el final donde hay una cascada proveniente de los ibones, el sendero nos obliga una y otra vez pasar de una orilla a otra del arroyo el cual lleva abundante agua y en ocasiones nos lo pone un poco complicado.
Remontamos poco a poco el barranco con una progresión suave, hasta llegar al final del mismo donde será necesario salvar el mayor desnivel, una vez salvado llegamos a una amplia herbosa llanura donde reposan los ibones (2230m.) bajo la espectacularidad del Pico Anayet (2545m), unas 2 horas y media.
La estampa es espectacular frente a nosotros el Anayet, el cual se refleja en las tranquilas aguas del ibón y más al fondo y en un segundo plano el Midi que no quiere perderse salir en la foto.
Una panorámica, con el Anayet y al fondo el Midi d´Ossau.
Como resumen una ruta sin dificultad de ningún tipo, el desnivel a salvar es de unos 600 m., y unas 2 horas y media para llegar a uno de los rincones más bellos del pirineo. También ideal en invierno para hacer raquetas, si bien los ibones habrán "desaparecido" bajo el hielo y la nieve.
A continucación algunas fotos de los ibones en otras fechas.
