Partimos de Zaragoza a las 7 de la mañana, la
predicción meteorológica es buena día soleado, sin apenas viento. En la gasolinera de Formigal nos detendremos
a tomar un café y los donuts, que no hay que perder la tradición.
Nos
dirigiremos al parking al lado de la carretera de acceso a las pistas de esquí
de Anayet, el parking está repleto, creo que muchos hemos pensado en el mismo
destino. Últimos preparativos y en
marcha son las 9,30 h. la parte inicial será remontar un par de kilómetros por
la carretera que llega hasta la estación, para luego iniciar la senda que
discurre al lado de un arroyo, el sendero está muy definido, más adelante lo
cruzaremos y giraremos a la derecha para introducirnos por el Barranco de
Culivillas, el cual deberemos remontar, primero de una forma suave, para en el
tramo final salvar un mayor desnivel que nos dará acceso a la cubeta de los
ibones de Anayet 2230m.. son las 11h.
Frente a nosotros nuestro objetivo, que como he
comentado anteriormente no te deja indiferente, altivo, con una figura esbelta
y amenazante, que unido a los ibones, hacen que éste lugar sea mágico, llegar
hasta aquí y tumbarte junto a las orillas y contemplar todo el entorno ya
merece mucho la pena.
Bordearemos el ibón por la izquierda y nos dirigiremos
hasta el Collado 2405m 11,45h. de un color rojizo, nos detendremos unos minutos
y para arriba, continuaremos por una senda que irá ganando altura hasta llegar
al paso clave, una placa de roca inclinada, que está equipado con una cadena
anclada a la pared, coincidiremos con bastante gente, delante nuestro hay tres
montañeras vascas, una de ellas no lo tiene claro y decide no pasar, la verdad
que el paso con la cadena no tiene ninguna dificultad, salvo para el que sufra
de vértigo, superado este paso nos quedará ascender por una chimenea, el primer
tramo más vertical y con roca suelta, cuidado con la caída de rocas, y un tramo
final ya herboso y con menos pendiente que nos deja ya en prácticamente en la
cima 2545. 12,20h.
Vertice de Anayet desde el collado, predominando el color rojizo.
Ya adivinamos el paso de la cadena, para una vez superado iniciar la canal.
Unas montañeras iniciando el paso de la cadena.
Ultimos metros de la canal, ya no queda nada para alcanzar la cima.
En la pequeña cima nos encontramos con mucha gente,
está claro que hemos elegido muchos el mismo destino, la verdad que el tiempo
acompaña sobre todo para las fechas que ya estamos, hay que aprovechar. Las vistas de 360º son espectaculares, así
podemos observar las principales cimas del pirineo Occidental, Pico Lecherines,
Aspe, Llena de la Garganta, Bisaurín, Puntal de Secús, Castillo de Acher,
Chinebral, Mallo Acherito Petrechema, Mesa de los Tres Reyes, Anie.
Más a
la derecha y más próximo el omnipresente Midi d´Ossau, Arriel, Palas, Balaitús,
Musales, Foratata, Infiernos y más alejado el Macizo del Monte Perdido. Y mucho más próximos Arroyeras y Vertice de
Anayet.
Tras realizar numerosas fotos, decidimos iniciar el descenso, con cuidado en la chimenea de no tirar piedras, llegamos al paso de la cadena, donde hay un colapso de gente y habrá que establecer un orden de subida y bajada, nos tocará esperar unos minutos. Sin más llegaremos a las inmediaciones de los ibones, donde nos detendremos y tomaremos un bocata que ya es hora. A las 16,45h. llegamos al coche, una parada en Escarrilla a tomar una cerveza, y para Zaragoza, en un gran día de montaña.
Como resumen, ruta totalmente recomendable, llegar sólo hasta los ibones merece la pena, si le ponemos la guinda de la cima del Anayet perfecto, también se puede optar por subir al Vertice, o a ambos. En nuestro caso sólo subimos al Anayet, para ello fue necesario salvar 1140m de desnivel, una distancia de 15,6 km ida y vuelta, en un tiempo, incluidas paradas de 7 horas y 15 minutos. Como anécdota, comentar que compartimos la jornada con un grupo naturista francés de una diez personas que hicieron la ruta hasta los ibones en pelota picada, para el asombro de todos.
Hasta la próxima...
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